Pionero

Porque la tierra no tenía límites
La comparó con su esperanza
Y oyendo el derredor de trinos
Supo que era su sangre misma que cantaba.

Sintió las hierbas en el aire,
Bebió de un sorbo la total distancia…
Y sin saberlo, comenzó a crecerse
En dimensión de hazaña.

Peleó la gesta como saben
Pelearla los gigantes de su raza:
Sembrándose en el viento,
Hediéndose a labranza
Para abrir rumbo a la semilla
Que iba a volver multiplicada.

(Después de la cosecha, traería
La joven novia que dejó en Italia).

Un año y otro, y otros muchos años
Arando surcos en la tierra vasta.
El tiempo, que también es chacarero,
Se los aró en la cara.

Por último, la vida, en su constante

Renovación de actores y programas,
Lo retiró de escena.

Pero él aún sigue allí, en la pampa.
Dormido, abajo, en ese suelo
Que se le hizo patria.
Despierto y prolongado, arriba,
En la robusta savia
De los ya grandes árboles plantados
Con esa novia que llegó de Italia.

“Lugar de la Tierra “
Mario Vecchioli, Poeta Rafaelino (Santa Fe)

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