Italia inició los festejos por el 150 aniversario de la unificación del país

El 5 de mayo Italia dio inicio a la celebración del 150 aniversario de la unificación nacional, con una serie de actos en Génova, norte del país.
Desde la importante ciudad portuario de la Liguria partió el 5 de mayo de 1860 la expedición de Giuseppe Garibaldi hacia Sicilia, para promover la insurrección contra el Reino de las Dos Sicilias.
El presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano depositó una corona de laurel en Quarto dei Mille -como se llama ahora este barrio de Génova, sobre la costa de Liguria, en honor de los voluntarios garibaldinos- y presidió la ceremonia en el portaviones Giuseppe Garibaldi, fondeado en el puerto de Génova.
Durante el 2011 Italia vivirá numerosos eventos para conmemorar un aniversario muy especial, regado de polémica por la escasa unidad de los políticos con respecto a que, y como se debe celebrar 150 años después de que Garibaldi iniciase su aventura.

Sicilia

Giorgio Napolitano también visitará la provincia de Trapani en vista de las celebraciones por la unidad de Italia que se celebrará mañana en Marsala, Salemi y Calatafimi Segesta.
La primera cita será a las 10, en el monumento dedicado al desembarco de los Mil cerca del puerto de Marsala, lugar de la histórica llegada de los marinos. Inmediatamente después, Napolitano irá al Palacio Comunal para firmar el álbum de honor de la Municipalidad.
La ceremonia continuará en “Piazza de la República”.

El presidente italiano, Giorgio Napolitano, llegará en Salemi, primera capital de Italia, mañana a las 12.40 horas. La primera parada será en la Piazza Dittatura para participar del acto de reapertura del Palacio Municipal, recientemente restaurado. Aquí el Presidente descubrirá la placa conmemorativa de manos del alcalde Vittorio Sgarbi para conmemorar la celebración del 150 º aniversario y después, visitará una exposición fotográfica titulada " La Sicilia, il suo cuore” constituida por retratos del autor Leonardo Sciascia, en colaboración con la Fundación homónima.
Más tarde, el Presidente y el Alcalde, acompañado por las más altas autoridades institucionales, asistirán a la primera planta del Ayuntamiento para visitar las salas renovadas del Palacio (el mobiliario nuevo y suntuoso fueron tratados por la condesa Chiara Doña de la Rose). Allí estarán en el mismo balcón donde 14 de mayo 1860, fue aclamado Garibaldi por los habitantes. En la plaza estarán además de autoridades locales -concejales y consejeros-, 1.000 niños con camisas rojas y una banda tocará el himno del país de Goffredo Mameli.
La tercera etapa será en el castillo normando que Napolitano presenciará el show de Fausto Pirandello (hijo del escritor Luis).
La cuarta y última etapa será en la Plaza Alicia. Aquí Michele Ainis, un siciliano que se trasladó a Roma, Profesor de Derecho Público en la Universidad de Teramo, abordará el valor de la constitución. Después se espera para el cierre de los homenajes, un breve discurso el Jefe de Estado.
Por la noche, en Villaragut, una de las mansiones señoriales más antiguas, se celebrará un cóctel de gala al que asistirán unos 500 invitados provenientes de distintas regiones de Italia. Durante su visita Napolitano, habrá cientos de personalidades del mundo de la política, la cultura y los negocios que han aceptado la invitación por Vittorio Sgarbi, alcalde de Salemi.

Historia. A comienzos del siglo XIX la península itálica estaba compuesta por varios estados (Lombardía, bajo el dominio austríaco; los Estados Pontificios; el reino de Piamonte; el reino de las Dos Sicilias, entre otros), lo que respondía más a una concepción feudal del territorio que a un proyecto de estado liberal burgués. Luego de varios intentos de unificación entre 1830 y 1848, que fueron aplastados por el gobierno austríaco, la hábil política del Conde de Cavour, ministro del reino de Piamonte, logró interesar al emperador francés Napoleón III en la unificación territorial de la península, que consistía en expulsar a los austríacos del norte y crear una confederación italiana; a pesar de la derrota del imperio austríaco, el acuerdo no se cumplió por temor de Napoleón a la desaprobación de los católicos franceses.
Aun así la Lombardía fue cedida por Napoleón al Piamonte. Además, durante la guerra se presentaron insurrecciones en los ducados del norte, los que luego fueron anexados al Piamonte, con lo cual se cumplió la primera fase de la unificación.

Garibaldi. En la segunda fase se logró la unión del sur cuando Garibaldi, inconforme con el tratado entre Cavour y Napoleón, se dirigió a Sicilia con las camisas rojas, conquistándola y negándose a entregarla a los piamonteses; desde allí ocupó Calabria y conquistó Nápoles. En 1860 las tropas piamontesas llegaron a la frontera napolitana. Garibaldi, que buscaba la unidad italiana, entregó los territorios conquistados a Víctor Manuel II. Mediante plebiscitos, Nápoles, Sicilia y los Estados Pontificios se anexaron al reino de Piamonte y al futuro rey de Italia, Víctor Manuel II. El proceso de la unificación no fue producto de la voluntad popular pese a los plebiscitos convocados por Cavour, por tanto la acción del Estado se centró en la construcción de una nacionalidad italiana.
El papel conspirativo de la masonería o de los intereses de las distintas potencias europeas (concretamente Inglaterra, interesada en crear un fuerte antagonista a la enemiga Francia) también se han aducido como causa del "Risorgimento".
El proceso es entendido, por algunos historiadores, también como la conquista de la aristocrática Italia del sur (Nápoles, Sicilia), el estado más industrializado de la península y el tercero de Europa; por parte de Italia del norte (valle del Po), influenciada por las potencias europeas como Francia y Austria (según ellos el proceso también puede interpretarse en el sentido de que el norte parasitó al sur impidiendo su desarrollo y propiciando la emigración y la perpetuación de su situación social.
Historiadores como Benedetto Croce ven el proceso como el que completó el Renacimiento italiano, interrumpido por las invasiones francesas y españolas de la Italia del siglo XVI. Este renacimiento nacional alcanzó -desde Florencia- todas las regiones habitadas por gente italiana (inclusive Sicilia y luego Istria y Dalmacia -como Italia irredenta- en el siglo XX).
En cualquier caso, el proceso fue encauzado finalmente por la casa de Saboya, reinante en el Piamonte (destacadamente por el primer ministro conde de Cavour), en perjuicio de otras intervenciones "republicanas" de personajes notables (Mazzini, Garibaldi) a lo largo de complicadas vicisitudes ligadas al equilibrio europeo (intervenciones de Francia y Austria), que culminaron con la incorporación del último reducto de los Estados Pontificios en 1870. El nuevo Reino de Italia continuó la reivindicación de territorios fronterizos, especialmente con el Imperio austrohúngaro (Trieste y el Trentino), que se solventaron parcialmente en 1919 tras la Primera Guerra Mundial (Tratado de Saint-Germain-en-Laye y expedición de Gabriele D'Annunzio).

Salemi, lugar emblemático de la unificación

Durante la expedición de los Mil, el 14 de mayo de 1860, a cuatro días del desembarco en Marsala, Garibaldi lanzó, desde el castillo de Salemi, la proclamación por la cual asumía el título de "dictador de Sicilia", en nombre de Vittorio Emanuele II, "rey de Italia".
Fue en dicho momento cuando la nombró simbolicamente, primera capital de Italia.
Allí también creó la Milicia Nacional, convocando a hombres de 17 a 50 años.

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