Poema: Al inmigrante italiano
(*) A ti,
que viajaste sin descanso
transitando mil fronteras
dejando atrás tus pasiones
por buscar una quimera.
Pisaste suelo argentino
con el valor de un guerrero
mas, con tu exigua juventud
labraste huellas de pionero.
Fue dura la travesía
ulceró tus manos la esteva
que muchas veces sangraron
cuando se hicieron longevas.
O aquel que osó arriesgarse
con solo martillo y clavos
así un salario ganarse
enmendando el calzado.
O el humilde constructor
edificando a conciencia,
oficios que se aprendían
sin requerir de la ciencia.
Solo el orgullo fue el sostén
en años de sacrificio
sin sosiego trabajaste
para educar a tus hijos.
Valor del desarraigado
del que llora a escondidas
y ve desde ya lejana
a su Italia tan querida.
Que arrostrando a escollos
se superó día a día
legando el justo ejemplo
de probidad y osadía.
Argentina abrió sus puertas
a inmigrantes del mundo
para poder cobijarlos
en su suelo tan fecundo.
Dedicado a todos los inmigrantes italianos que poblaron el suelo argentino, desde 1870.
A la memoria de mi abuelo, llegado de Trieste en 1914.
*Por Miriam D. Chamba
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