20 de setiembre: Día de la unificación italiana
Entre los siglos XIV y XVI, Italia no era una unidad política, estaba fragmentada en múltiples estados.
El Piemonte y Francia se unen en lucha contra Austria. Fueron los
franceses los responsables, en mayor medida, de derrotar a los austríacos en dos batallas principales en Magenta y Solferino. Francia se retira del conflicto y solamente la Lombardía es anexada a Italia.
Poco después de que hubiera comenzado la guerra con Austria, algunos estados del norte de Italia, nominalmente Parma, Módena, Toscana y parte de los Estados Pontificios, habían sido tomados por los nacionalistas. En plebiscitos celebrados en 1860, estos estados acordaron unirse al Piamonte. Napoleón, a cambio de Niza y Saboya, aceptó las anexiones. Quedaron exceptuadas Tenda y Briga, cotos de caza favoritos del Rey del Piemonte.
En la guerra austro-prusiana de 1866, el nuevo estado italiano se convirtió en aliado de Prusia. Aunque el ejército italiano fue derrotado por los austriacos,
la victoria de Prusia les dejó a Venecia a los italianos. En 1870, la guerra franco-prusiana tuvo como resultado la retirada de las tropas francesas de Roma. El ejército italiano anexó entonces la ciudad, el 20 de septiembre de 1870, y Roma se convirtió en la nueva capital del estado italiano unido.
En el sur de Italia, un nuevo líder de la unificación italiana hizo su aparición: Giuseppe Garibaldi que el 11 de mayo de 1860 desembarca en Sicilia, donde una revuelta se había desatado contra el rey Borbón de las dos Sicilias.
Aunque era grandemente superado en número, las osadas tácticas de Garibaldi dieron buen resultado. Para fines de julio de 1860, la mayor parte de Sicilia había sido pacificada y estaba bajo el control de Garibaldi. En agosto, éste y sus fuerzas cruzaron a tierra firme e iniciaron una victoriosa marcha península italiana arriba. Nápoles y el reino de las Dos Sicilias cayeron a principios de septiembre.
En el norte existían las ciudades estado como la República de Venecia, la República de Florencia o la República de Génova.
En torno a la ciudad de Roma los Estados Pontificios, y al sur el Reino de Nápoles, posteriormente conformante de la Corona de Aragón y por tanto de la Monarquía Hispánica. Dada su fragmentación, fue escenario de los intereses de las potencias europeas durante los siglos XVI, XVII y XVIII, tales como las Guerras italianas, la Guerra de Sucesión Española, el conflicto hispano-austríaco por las posesiones napolitanas, así como de las guerras revolucionarias francesas y napoleónicas. Aún hubo conflictos durante la primera mitad del siglo XIX, siglo en el que apareció el sentimiento nacionalista italiano que desembocará en la Unificación de Italia, materializada el 17 de marzo de 1861, cuando los estados de la península itálica y las Dos Sicilias se unieron formando el Reino de Italia, el cual sería organizado por el monarca Víctor Manuel II, de la dinastía Saboya, hasta entonces gobernante en Piamonte y rey de Cerdeña.
La Unificación de Italia fue el proceso histórico que a lo largo del siglo XIX llevó a la unión de los diversos estados en que estaba dividida la península Itálica, en su mayor parte vinculados a dinastías consideradas "no italianas" como los Habsburgo o los Borbón.
Ha de entenderse en el contexto cultural del Romanticismo y la aplicación de la ideología nacionalista, que pretende la identificación de nación y estado, en este caso en un sentido centrípeto (irredentismo). También se le conoce como el Resurgimiento (Risorgimento en italiano), e incluso como la Reunificación italiana (considerando que existió una unidad anterior, la provincia de "Italia" creada por Augusto, en la antigua Roma).
El proceso de unificación. En líneas generales, hacia fines del Sig
lo XVIII y primera mitad del Siglo XIX, existían en la actual Italia los siguientes “estados” :
En torno a la ciudad de Roma los Estados Pontificios, y al sur el Reino de Nápoles, posteriormente conformante de la Corona de Aragón y por tanto de la Monarquía Hispánica. Dada su fragmentación, fue escenario de los intereses de las potencias europeas durante los siglos XVI, XVII y XVIII, tales como las Guerras italianas, la Guerra de Sucesión Española, el conflicto hispano-austríaco por las posesiones napolitanas, así como de las guerras revolucionarias francesas y napoleónicas. Aún hubo conflictos durante la primera mitad del siglo XIX, siglo en el que apareció el sentimiento nacionalista italiano que desembocará en la Unificación de Italia, materializada el 17 de marzo de 1861, cuando los estados de la península itálica y las Dos Sicilias se unieron formando el Reino de Italia, el cual sería organizado por el monarca Víctor Manuel II, de la dinastía Saboya, hasta entonces gobernante en Piamonte y rey de Cerdeña.
La Unificación de Italia fue el proceso histórico que a lo largo del siglo XIX llevó a la unión de los diversos estados en que estaba dividida la península Itálica, en su mayor parte vinculados a dinastías consideradas "no italianas" como los Habsburgo o los Borbón.
Ha de entenderse en el contexto cultural del Romanticismo y la aplicación de la ideología nacionalista, que pretende la identificación de nación y estado, en este caso en un sentido centrípeto (irredentismo). También se le conoce como el Resurgimiento (Risorgimento en italiano), e incluso como la Reunificación italiana (considerando que existió una unidad anterior, la provincia de "Italia" creada por Augusto, en la antigua Roma).
El proceso de unificación. En líneas generales, hacia fines del Sig
lo XVIII y primera mitad del Siglo XIX, existían en la actual Italia los siguientes “estados” : Reino de Piamonte y Cerdeña (Regno di Sardegna)
Ducado de Parma (Ducato di Parma)
Ducado de Módena (Ducato di Modena)
Ducado de Lucca (Ducato di Lucca)
Gran Ducado de la Toscana (Gran Ducato di Toscana)
El Reino de las Dos Sicilias (Regno delle Due Sicilie)
Reino de Lombardía-Venecia (Regno Lombardo-Veneto)
Los Estados Pontificios (Stato Pontificio)
El Piemonte y Francia se unen en lucha contra Austria. Fueron los
franceses los responsables, en mayor medida, de derrotar a los austríacos en dos batallas principales en Magenta y Solferino. Francia se retira del conflicto y solamente la Lombardía es anexada a Italia.Poco después de que hubiera comenzado la guerra con Austria, algunos estados del norte de Italia, nominalmente Parma, Módena, Toscana y parte de los Estados Pontificios, habían sido tomados por los nacionalistas. En plebiscitos celebrados en 1860, estos estados acordaron unirse al Piamonte. Napoleón, a cambio de Niza y Saboya, aceptó las anexiones. Quedaron exceptuadas Tenda y Briga, cotos de caza favoritos del Rey del Piemonte.
En la guerra austro-prusiana de 1866, el nuevo estado italiano se convirtió en aliado de Prusia. Aunque el ejército italiano fue derrotado por los austriacos,
la victoria de Prusia les dejó a Venecia a los italianos. En 1870, la guerra franco-prusiana tuvo como resultado la retirada de las tropas francesas de Roma. El ejército italiano anexó entonces la ciudad, el 20 de septiembre de 1870, y Roma se convirtió en la nueva capital del estado italiano unido.En el sur de Italia, un nuevo líder de la unificación italiana hizo su aparición: Giuseppe Garibaldi que el 11 de mayo de 1860 desembarca en Sicilia, donde una revuelta se había desatado contra el rey Borbón de las dos Sicilias.
Aunque era grandemente superado en número, las osadas tácticas de Garibaldi dieron buen resultado. Para fines de julio de 1860, la mayor parte de Sicilia había sido pacificada y estaba bajo el control de Garibaldi. En agosto, éste y sus fuerzas cruzaron a tierra firme e iniciaron una victoriosa marcha península italiana arriba. Nápoles y el reino de las Dos Sicilias cayeron a principios de septiembre.
Comentarios
Publicar un comentario