Pesaro, ciudad natal del Padre Lamberto
Como lo hacemos mes a mes en Italia Oggi recorremos distintos lugares de Italia. Hoy elegimos la ciudad de Pesaro porque allí nació el querido Padre Francisco Lamberto Francioni a quien el Círculo Italiano Puanense recordará el próximo 6 de agosto dando nombre a una calle de Puan, al cumplirse los diez años de su fallecimiento.
La provincia de Pesaro y Urbino en la región de Le Marche da al Mar Adriático, punto central, situada entre la Emilia Romaña, la República de San Marino, la provincia de Ancona, la provincia umbra de Perugia y la provincia toscana de Arezzo.
Las ciudades marítimas de Pesaro e Urbino son la conocida Gabicce a Mare, San Costanzo, Mondolfo, Pesaro y Fano. El interior se caracteriza por las cimas del Apenino umbro-marchigiano.
La ciudad de Pesaro surge en la desembocadura del Valle del Foglia. En la Pesaro antigua les aconsejamos visitar la “Rocca” (Fortaleza) Costanza, con la Piazza del Popolo situada en el centro. Del siglo XVII es el puerto-canal, reestructurado en 1857, que todavía es importante para la pesca y el comercio local.
Pesaro es conocida tradicionalmente por la producción de cerámica (en particular, por las mayólicas) y la elaboración de la seda.
No es una ciudad demasiado conocida, ni siquiera por los italianos, aunque de ella era originario el gran compositor Rossini. Está en la costa Adriática, cerca de San Marino, Rímini y Ancona y no muy lejos de Venecia.
La primera vez que se visita da la impresión de ser una ciudad ordenada, acogedora, limpia, llama la atención ver a sus ciudadanos trasladarse en bicicleta, lo que resulta fácil, cómodo y placentero ya que las vías más importantes de la ciudad cuentan con carril bici.
Pésaro puede presumir también de sus playas, reconocidas internacionalmente por la Bandera Azul, y a las que se accede desde un paseo marítimo amplio y cuidado. La cercanía entre el centro histórico, lleno de tiendas y calles peatonales, y el mar, permite disfrutar de la ciudad a pie o con las ya mencionadas bicicletas, que el ayuntamiento ofrece gratuitamente para su uso por los ciudadanos.
En verano está llena de vida y su turismo es fundamentalmente italiano de nivel medio-alto, no en vano Pesaro puede presumir de abundancia de industrias, empresas de todo tipo y movimiento de dinero en general.
Llaman la atención en pleno centro de la ciudad grandes viviendas unifamiliares de principios del siglo XX o finales del XIX, rodeadas por magníficos jardines y en ocasiones subdivididas internamente en varios apartamentos.
Pesaro es una ciudad que ofrece arte, como las obras de Pomodoro, sin el agobio de las grandes ciudades Italianas como Florencia o Roma. En ella el turista se sentirá mimado y se podrá permitir otro tipo de turismo a la italiana, más tranquilo y personalizado, sin por ello descuidar aspectos como el arte o la gastronomía de este, en todos los sentidos, enorme país.
Las ciudades marítimas de Pesaro e Urbino son la conocida Gabicce a Mare, San Costanzo, Mondolfo, Pesaro y Fano. El interior se caracteriza por las cimas del Apenino umbro-marchigiano.
La ciudad de Pesaro surge en la desembocadura del Valle del Foglia. En la Pesaro antigua les aconsejamos visitar la “Rocca” (Fortaleza) Costanza, con la Piazza del Popolo situada en el centro. Del siglo XVII es el puerto-canal, reestructurado en 1857, que todavía es importante para la pesca y el comercio local.
Pesaro es conocida tradicionalmente por la producción de cerámica (en particular, por las mayólicas) y la elaboración de la seda.
No es una ciudad demasiado conocida, ni siquiera por los italianos, aunque de ella era originario el gran compositor Rossini. Está en la costa Adriática, cerca de San Marino, Rímini y Ancona y no muy lejos de Venecia.
La primera vez que se visita da la impresión de ser una ciudad ordenada, acogedora, limpia, llama la atención ver a sus ciudadanos trasladarse en bicicleta, lo que resulta fácil, cómodo y placentero ya que las vías más importantes de la ciudad cuentan con carril bici.
Pésaro puede presumir también de sus playas, reconocidas internacionalmente por la Bandera Azul, y a las que se accede desde un paseo marítimo amplio y cuidado. La cercanía entre el centro histórico, lleno de tiendas y calles peatonales, y el mar, permite disfrutar de la ciudad a pie o con las ya mencionadas bicicletas, que el ayuntamiento ofrece gratuitamente para su uso por los ciudadanos.
En verano está llena de vida y su turismo es fundamentalmente italiano de nivel medio-alto, no en vano Pesaro puede presumir de abundancia de industrias, empresas de todo tipo y movimiento de dinero en general.
Llaman la atención en pleno centro de la ciudad grandes viviendas unifamiliares de principios del siglo XX o finales del XIX, rodeadas por magníficos jardines y en ocasiones subdivididas internamente en varios apartamentos.
Pesaro es una ciudad que ofrece arte, como las obras de Pomodoro, sin el agobio de las grandes ciudades Italianas como Florencia o Roma. En ella el turista se sentirá mimado y se podrá permitir otro tipo de turismo a la italiana, más tranquilo y personalizado, sin por ello descuidar aspectos como el arte o la gastronomía de este, en todos los sentidos, enorme país.
Fuente: viajitis.com
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